miércoles, 28 de abril de 2010

ESQUEMA DE INTERPRETACIÓN TEXTOS

Como continuación a nuestra la última charla, os transcribo el esquema de interpretación de un texto, las claves para poder analizar su valor literario. Si teneis interés, podemos profundizar en los 3 planos en la próxima reunión.

PLANO ANECDÓTICO:
Lectura de la trama, del argumento.
Los best sellers, suelen serlo por tener un muy buen plano anecdótico. Una historia que engancha, vamos.
PLANO LITERARIO:
Tiene en cuenta los recursos literarios.
PLANO SIMBÓLICO:
Radica la trascendecia, mensajes ocultos, tradición histórica.
Un buen plano simbólico es lo que convierte una historia en "obra maestra".

Una obra literaria será considerada "de calidad", cuando cuenta con los 3 planos y atesora un equlibrio entre ellos.
En caso contrario, nos podrá gustar, entretener, hacer soñar (que no es poco), pero el criterio objetivo sostiene que nunca pasará a los anales de la historia.

Esta teoría como todas, será cuestionable, pero a mí me sirve para profundizar en mis lecturas.

Susana

lunes, 26 de abril de 2010

Un relato para tratar de dinamizar el blog... espero que os guste.

Derribos

―¡Jorge!, ¡Jorge!―Dijo Marga aún medio dormida.―Son las siete y media. ¡Levántate! Johnnie no puede estar llegando tarde al cole todos los días; además a ti un día de estos te van a decir algo en la obra―. Su voz sonó tibia, suave, adormilada. Lo único que no deseaba hacer Jorge al oírla era irse de su lado. A ella todavía le quedaba media hora de cama.

―¡Me cago en todo lo que se menea!―masculló Jorge mientras daba vueltas como un rodillo aproximándose al borde de la cama. Se levantó y fue a la habitación de Johnnie, que al escuchar sus pasos se había escondido.

―¡Johnnie, no es un buen momento, vamos a llegar tarde!, ¡Dónde estás, sal ya! ¡Me voy a enfadar!

Jorge comprendió que era inútil amenazarlo; tendría que encontrarlo. En seguida localizó sus calcetines de gatitos peludos detrás de la cortina.

―¡Te pillé, polizón! Ahora vas a la ducha con pijama y todo, ja, ja, ja―la risa imitaba a la de un pirata sanguinario.
―¡Noo, noo!― gritaba Johnnie como si le fueran a echar a los tiburones. Jorge lo metió en la bañera y abrió el grifo, entre las risas y gritos del niño. Entonces Johnnie llenó su boca de agua y empezó a escupir a su padre.
―¡Chiquillo del demonio, ahora verás! Y giró la llave del agua fría.
―¡No, no, me rindo papá, me rindo pero por favor, pon el agua caliente, por favooooor!

Los gritos habían terminado de despertar a Marga, que venía a reprimirles, pero no pudo aguantar la risa al ver la escena que habían montado.

―¡Venga, gansos! Ahora entiendo por qué llegáis tarde a todos sitios. ¡Vaya par de gansos!

Cuando bajaron del baño, Marga les tenía preparado el desayuno. Normalmente lo preparaba Jorge así que el día empezaba bien. Marga era bastante mejor en la cocina que Jorge.

―¡Bien! ―gritó Johnnie―Hoy mamá hace tortitas.

Desayunaron mientras el padre leía el periódico. Una foto en la que cientos de patos aparecían muertos en la orilla de un lago llamó la atención de Johnnie.

―¿Papá, los patitos están muertos?
―Si, Johnnie.
―¿Por qué?
―Porque el agua del lago está sucia.
―¿y quién la ensució?
―Unos hombres de una fábrica que está al lado.
―¿Y por qué les dejan hacer eso?
―Uff. Es complicado de explicar, hijo. A veces, los malos se salen con la suya y los demás no podemos hacer nada por evitarlo.
―Pero en la tele siempre ganan los buenos.
―Solo en la tele, Johnnie. En la realidad todo hay que pelarlo y por ser bueno no eres más fuerte. Más bien todo lo contrario. En la realidad los buenos suelen ser más débiles y por eso deben esforzarse mucho más por ganar.
―¿Papá, tú no eres un héroe? ¿por qué no vas a la fábrica y la cierras?
―No puedo hijo, tengo que ir a trabajar. Y tú tienes que ir al cole. Corre a coger la maleta, corre.

El niño subió las escaleras a toda prisa. Poco después Jorge y Johnnie salían de la mano por la puerta. El padre llevaba puesto el mono de la obra, gastado y polvoriento y el hijo iba impecable con unos pantaloncitos azules y un polo blanco, limpio y bien planchado.

Después de llevar al niño al colegio, Jorge se dirigió a la obra. Trabajaba en una empresa de construcción especializada en derribos, “Demoliciones Soto”. Don Francisco Soto siempre decía que su negocio era “casi un arte”. Demoliciones soto preparaba lienzos para nuevas pinturas. Y en cierto modo así era, porque derrumbaban casas viejas para construir nuevas.

Jorge llevaba en la empresa desde su fundación. Don Francisco le consideraba un buen trabajador, pero no lo veía como capataz. Siempre le decía que era demasiado buena persona para ser jefe de nadie. Por eso el capataz era Gabriel, un tipo corpulento y de carácter fuerte. Don Francisco también solía decir que hay que tener a un tío con dos cojones controlando al personal.

Ese día fueron a derribar una casa de dos pisos a las afueras de la ciudad, en un pequeño valle que quedaba oculto detrás de una colina. Era una casa antigua, en su mayor parte de madera. Hoy terminarían pronto el trabajo―pensaron casi todos―. Tampoco harían falta grandes máquinas hoy. Los obreros entraron con mazas a derribar los principales tabiques para luego acabar desde fuera. Jorge subió al piso de arriba. Cuando empuñó la maza para golpear la pared fijó su mirada en la cenefa. Aquella debió de ser la habitación de un niño porque el dibujo era de un osito de peluche con un abrigo marrón, gorrito y bufanda. El osito iba en bicicleta, sonriendo, con una mirada profundamente ingenua, feliz. El viento levantaba hojas otoñales a su alrededor y su bufanda ondeaba por la velocidad. Aquella imagen produjo un efecto extraño en Jorge. Se sintió transportado a su niñez. Su memoria se activó con tanta viveza que le pareció oír la voz de su abuela Carmen cantando en la cocina mientras preparaba la comida. Podía oler el chocolate caliente de la merienda y recordó sus abrazos cálidos y su pelo fino y viejo rozándole la cara.

Jorge se quedó quieto, incapaz de golpear aquella pared.

―¡Quietos, quietos todos! No hagáis nada.

Sus compañeros lo miraron extrañados. Jorge trató de explicar por qué no debían derrumbar la casa. No podía entender por qué, pero sabía que no debían derribarla. Los demás trataron de hacer ver a Jorge la estupidez que estaba diciendo. Pero él se mantuvo firme. Estaba dispuesto a hacer lo que fuese para que nadie comenzase la demolición.

Los compañeros, al verlo tan alterado, bajaron a buscar a Gabriel, el capataz. Jorge fue con ellos.

―¿Por qué carajo no estáis ahí dentro destrozando paredes?―les dijo el capataz. Jorge se adelantó a todos y contestó:

―Gabriel, ¿sabes esas veces en las que estás seguro de algo, pero no tienes ni idea de por qué? Ese instinto que suele ser siempre acertado... ―Gabriel se limitó a mirarlo en silencio, esperando que terminara de explicarse― He sentido algo en la casa que me impide derribarla o dejar que otros lo hagan. Por favor, vámonos a casa, hazme ese favor.

―Pero qué chorradas estás diciendo. Toda esta gente ha venido a trabajar y el patrón no les va a pagar un duro si no curran. Y a mí me dirá que en qué coño estoy pensando para no cumplir con mi deber porque a uno de los obreros se le hayan cruzado los cables.

―¿Cuántos años llevamos trabajando juntos, Gabriel? ¿Veinticinco, treinta?¿Alguna vez me has visto tener un comportamiento así?

Los obreros se impacientaban y uno de ellos se adelantó alzando la voz:

―Oye, Gabriel, aquí hemos venido a trabajar y a cobrar. Yo no me voy de aquí sin mi paga, me entiendes, ¿no?

Al obrero se unieron las voces de casi todos los trabajadores.

―Ya lo ves, Jorge, esto no tiene sentido. Deja que entremos y, si quieres, no trabajes tú.

―¡No, no! Yo pagaré por esta casa tal cuál está. Mañana iré a hablar con Don Francisco y le pagaré más que la gente que la quiere comprar. Y también me encargaré del jornal de todos por el día de hoy.

―Pero tío, ¿qué te pasa, te has vuelto loco? Pero si tú no tienes ni un duro.

―Pediré un préstamo.

―De acuerdo, si te comprometes a pagar a esta gente y a explicarle todo a Don Francisco, por mí no hay problema. Además, me temo que si lo intentamos te vas a oponer por la fuerza y no quiero problemas contigo, llevas demasiado tiempo en la empresa. ¡Chicos, se acabó por hoy! Mañana Jorge os traerá 50 € a cada uno por el día de trabajo. Luego miró a Jorge y le dijo:

―Sé que no fallarás con lo de pagarle a la gente, pero lo que no sé es cómo vas a explicarle esto a Marga.

Jorge llegó muy temprano a casa, antes del medio día. Al entrar, subió a su habitación y encontró a su mujer en la cama con Franck, su jefe en la agencia de publicidad.

Jorge se quedó clavado bajo el umbral de la puerta, incapaz de creer lo que veía, incapaz de imaginar que Marga podría alguna vez engañarle, incapaz de reaccionar. Ellos, en pleno éxtasis ni siquiera se dieron cuenta de que Jorge estaba allí. Se dio la vuelta y bajó las escaleras. Fue al banco antes de que cerrara y dejó su cuenta casi a cero. Con ese dinero le daba para pagar a sus compañeros lo que les había prometido. Comió en una cafetería y fue después a disculparse con Don Francisco. Recogió a Johnnie del colegio y lo llevó a casa. Marga no había llegado de trabajar. Bañó al niño y se pusieron a ver la tele. Las mismas series de todos los días. En una de las paradas publicitarias, una ONG explicaba las penurias que pasaban los niños de Haití. Al cambiar de canal vieron parte de un documental sobre el cambio climático. El telediario de la tres ponía imágenes de los atentados de todos los días en Irak. Las lágrimas cayeron en silencio por las mejillas de Jorge cuando Johnnie se había quedado dormido abrazándolo. Jorge lo miró y lloró aún más.

―Pobre hijo, lo que te espera―susurró mientras apagaba la tele y lo llevaba a dormir. Jorge también se acostó sin esperar a que llegase su mujer. No quiso pararse a pensar si las sábanas eran las mismas en las que su mujer había estado esa mañana con aquel tipo.

A la mañana siguiente Jorge se despertó temprano. Despertó a Johnnie y, por primera vez en mucho tiempo salieron pronto. No hubo juegos ni bromas. Cuando Jorge llegó a la obra dio el dinero a sus compañeros, cogió la maza y casi no necesitó ayuda de los otros para derribar la casa.

Gabriel se acercó a Jorge:

―Parece que ya se te pasó lo de ayer, ¿no? Aunque te ha salido cara la broma. ¿Qué coño te pasó?
―Nada, eran solo tonterías que se me metieron en la cabeza. Luego me dí cuenta de que aquí estamos para trabajar y no para estar haciendo tonterías. Uno a veces piensa que puede hacer algo para cambiar las cosas, pero son como pequeñas borracheras de ilusión, pequeños chutes de heroismo.

―Coño, Jorge. Creo que es la primera vez que te veo siendo un poco cínico. ¿Dónde está tu ingenuidad y tu optimismo? No pareces tú.

―Tienes toda la razón, Gabriel. Perdona, tengo que seguir trabajando.

Cuando empezaba a atardecer, la casa ya estaba derribada. La oscuridad de la noche fue ganando terreno y la gente se fue a casa, huyendo del frío y la humedad nocturna. Hasta el día siguiente.


Fin

martes, 20 de abril de 2010

Algo más sobre Obras Completas y otros cuentos de Augusto Monterroso. Tertulia 16 de abril de 2010

Aunque no tuve más remedio que felicitar a Susana por su reseña de la tertulia, me encantó, no quiero dejar de apuntar algunas de las cosas que en nuestra última tertulia se comentaron sobre Augusto Monterroso y el libro que habíamos escogido para la misma: Obras completas y otros cuentos.

La tertulia propiamente dicha, -los prolegómenos gastronómicos, la recepción de los asistentes y una puesta al día de nuestras vidas siempre son lo primero- comenzó con una lectura de la biografía de Monterroso, escrita por Daniel Mesa, quien es profesor de Literatura hispanoamericana en la Universidad de Zaragoza y que está publicada en el volumen “100 escritores del siglo XX – Hispánico”. Recojo al final algunos párrafos que nos llamaron especialmente la atención ya que contextualizan algunos de los cuentos que tuvimos la oportunidad de leer en el libro que nos ocupa.

Los comentarios a los cuentos del libro fueron en general positivos, decantándose cada uno los que asistimos por uno diferente. Así Miguel Angel, dijo que le encantó la permanente indefinición del protagonista de “Leopoldo a sus trabajos”, y que en general, los cuentos cobraron para el mucha intensidad en los primeros, decayendo, para luego subir su interés en los últimos títulos. Creo recordar que “Primera Dama, fue el cuento que entusiasmó a Jon, por la estupidez del personaje como símbolo del poder (la esposa del Presidente empeñada en recitar sus cursis poemas en público, abusando de su posición).

A Teresa y a Paloma les gustó la historia del gigante sueco en el cuento de “El Centenario”, donde el malogrado personaje sucumbe a su propia codicia ante la chingada de un mexicano que el arrojó una moneda de oro al suelo.

Yo me quedé con el cuento de Diógenes también, donde destaqué la idea de que como la agresividad puede ser una rasgo hereditario, así lo interpreté del cuento, dónde el personaje se sitúa a veces como el padre agresor y otra veces como el hijo.
Miguel Angel también nos desveló “la verdadera” interpretación del cuento de El Dinosario. Dijo, “de buena fuente” que en realidad era le propio Monterroso que se refería así a un molesto compañero de habitación (El Dinosaurio) que permanecía en su cama cuando se despertó.

Tuvimos también la oportunidad de jugar a completar el cuento de “El Dinosaurio”, en el que respondiendo a las preguntas ¿Qué pasó antes? Y ¿Qué pasó después? Y ante la foto de un “auténtico” dinosaurio”, pudimos desarrollar nuestra labor literario-creativa. Ninguno coincidimos en los finales y comienzo creados del cuento, tal el poder sugestivo de creatividad del cuento. Destacó Cristina por su desmarque ante las cuestiones planteadas y ella misma prefirió a su vez formular un bueno número de preguntas –a las que ninguno supimos contestar- y que la consolidan como la filósofa de la tertulia-.

Lo que dice Daniel Mesa.

“Al hablar de Monterroso, la paradoja y el tópico parecen inevitables: pequeño gigante de las letras hispanoamericanas contemporáneas; inconmensurable maestro de la brevedad; inteligentísimo explorador de la insondable tontería humana; risueño contador de cuentos tristes…Todo eso fue, entre otras cosas, Monterroso. Su figura desborda las fronteras nacionales y no sólo con la (paradójica) magnitud de su obra, que, según quienes han querido medirla, no debe alejarse mucho de las mil páginas. En realidad, no resulta fácil decir de dónde era Augusto Monterroso: nacido en Honduras, l 21 de diciembre de 1.921, eligió la nacionalidad guatemalteca, porque en ese país transcurrió su juventud y allí alcanzó la mayoría de edad; y, finalmente, se radicó en México, desde donde fue irradiando su escritura. Su patria – otro tópico, al fin- fueron las letras.
………..
En 1936, la familia, que se movía “nerviosamente” entre Honduras y Guatemala, se instala definitivamente en este último país. Al año siguiente, el joven Augusto comienza a trabajar en una carnicería, cuyo “ilustrado” dueño le orienta en su primeras lecturas. Nueva paradoja, nuevo tópico: entre la carne comienza a cultivar el espíritu; es allí donde Monterroso empieza a leer a los clásicos, a estudiar latín, a fraguar su impenitente auto didactismo.
………..
En 1.952 publica un par de cuentos, que se contarán entre los más conocidos suyos: “El concierto”, sátira de las relaciones del poder con la cultura, y “El eclipse”, concisa fábula anticolonialista, que luego pasarán a su primer volumen de relatos, que está empezando a cobrar forma en esos años.

……Cuando en 1.954, Arbenz es derrocado, …Monterroso renuncia a su cargo diplomático (Cónsul de Guatemala en Bolivia) y se traslada a Santiago de Chile, Allí publica uno de sus cuentos más famosos , “Mister Taylor”(1.955), que había traído escrito de Bolivia. La historia de ese “cazador de cabezas en la selva amazónica” , que la final resulta víctima del éxito de su propio negocio, ha sido leída como alegoría de las relaciones neocoloniales, de los absurdos a que puede llevar la lógica del despojo y del máximo beneficio, que hacía estragos en Centroamérica. Es también, quizá principalmente y tristemente, una extraordinaria fábula, contada con un tremendo humor negro, sobre la estupidez humana, el gran tema monterrosiano.
………..
En 1.956, se produce el regreso definitivo de Monterroso a México, donde emprenderá trabajos académicos y editoriales, al tiempo que prepara el que será su primer libro, publicado en 1.959, el titulado irónicamente Obras completas (y otros cuentos). Ahí incluye la mayoría de los relatos publicados previamente y también el que será su más famoso texto, el “minicuento” .que Monterroso se divertía llamándolo novela- titulado “El dinosaurio” (“cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”). A partir de esta línea, tan citada, parodiada y a menudo tergiversada , se genera la leyenda de Monterroso, como “maestro de la brevedad”, aunque la mayoría de los relatos de este primer volumen son de extensión “regular”. A partir del huevo de ese dinosaurio, puede decirse, eclosiona un género: la minificción, sin que Monterroso pudiera hacer mucho por evitarlo.
…………”


Joaquín 20 de abril de 2010

Cuento - Multiautor

Queridos tertulianos, en la pasada tertulia nuestros amigos John y Joaquín nos deleitaron con sendos cuentos que fueron muy alabados.
En este sentido me ha parecido interesante incorporar un nuevo juego para la próxima tertulia en la que participemos todos los "asociados".
Se trata de crear un cuento - multiautor, es decir voy a proponer un párrafo de un cuento, el cual pasaré a uno de los tertulianos pudiendo continuar el mismo bien a continuación o bien escribiendo alguna idea previa a la facilitada (no sé si me estoy explicando adecuadamente).
El cuento irá pasando de uno en uno (en un fichero word) y finalmente el último al que le llegue será el encargado de su lectura en la próxima tertulia.
Aunque la longitud de las aportaciones no está delimitada se sugiere que no sean muy extensas.
Un subproducto del juego puede ser el tratar de identificar a quién corresponde cada trozo dado el conocimiento que tenemos de los participantes, lo cual nos llevará, sin duda, a interesantes sorpresas.
Para conocimiento de todos voy a mandar mi propuesta a un tertuliano quien lo irá pasando.
Espero que os guste esta nueva iniciativa de "lapolemicajazara".
Besos a todos

lunes, 19 de abril de 2010

La noche de los libros - Madrid 23 de Abril 2010

Dado que todos los polémicos jázaros estamos unidos por la pasión por las letras y los libros, me gustaría que nos hicéramos eco en el blog de esta interesante noche.

Ya sabéis que las librerías, bibliotecas y cafés de Madrid amplían sus horarios y sus actividades este día. Se puede ir a una librería a echar un vistazo a los últimos títulos, disfrutando de un 10 % de descuento, mientras un cuentacuentos o un grupo de Jazz ameniza la noche y te invitan a un vinito.

Concretamente, conocemos a alguien que trabaja en la librería especializada en literatura de viajes "Altair". Nos invitan a tomarnos un vinito a las 20:00 de la tarde, con una temática elegida a la sazón: Viaje por los instrumentos africanos. Nos ofrecerán además del género literario una actuación de cuentacuentos y de música africana. Dirección: C/ Gaztambide, 31

Además de esta librería hay otras que ofrecen interesantes planes para la noche:

www.madrid.org/lanochedeloslibros


Ahí os lo dejo. Si alguno se apunto quizás nos veamos.

Jon

Cuarto y mitad. Tertulia del 16 de Abril 2.010

En la tarde de un viernes que no fue el primero ni será el último, se consolida nuestra tertulia.
Únicamente el peso de un embarazo, de una semana imposible, o de la propia boda, impidieron que asistiésemos todos.
Conseguimos ponernos cara quienes aún no la teníamos.
Entre juegos, acertijos, guacamole y libros, ignoramos que la lluvia salpicaba en los cristales y empapaba la noche.
Compartimos risas, cuentos, vino, fresas y literatura. También secretos. Bien sabía Miguel Ángel el efecto que su revelación tendría.
Entre la lista de libros propuestos, me ilusiona que Teresa, Cristina y Paloma redundasen en un particular homenaje al fallecido Delibes (*).
Si apunté bien, y teniendo en cuenta que Jon no me lo puso fácil, paso a enumerar la lista de los títulos expuestos:

“Mujer de Rojo sobre fondo gris”, de M. Delibes
“El viejo y el mar” de Heminway.
De Murakami, surgieron varios títulos: “Umibe no Kafuka” y ” Noruwei no mori”, traducido al español “Tokio Blues” y “Kafka en la orilla”.
“Queremos tanto a Glenda”, de Cortázar.
“Odio, amistad, noviazgo, amor y matrimonio”, de Alice Munro.
“Los Artículos” de Mariano José de Larra.
“Lo que esconde tu nombre” de Clara Sánchez, último premio Nadal.
“La elegancia del erizo” de Muriel Barbery
“Fin” de David Monteagudo.
Los 3 finalistas fueron Delibes, Muriel y David Monteagudo, alzándose este último como ganador con los votos de todos nosotros.
Esta primera obra de un autor, desconocido, obrero de una fábrica y cuarentón, viene avalada por una editorial de prestigio (Acantilado), y las 10 ediciones que acumula desde su publicación en Octubre de 2.009.
Sin embargo, quizás el argumento que decantó mi decisión por estas 350 páginas de trasfondo misterioso, fue anticiparme a la peli: Amenábar ha adquirido los derechos.

Como lo propuse yo, en algún momento intentaré explicar por qué, después de 100 páginas de diálogos sobre la inmigración, modelos de coches y urbanizaciones ilegales, consigue adentrarnos en un nivel de lectura distinto, descolocando al lector.
Quizás sea el acierto que explique las 10 ediciones.
Por el momento os animo a que disfrutéis de la magnífica portada de Leonard Beard.
La próxima cita en un mes.


(*) Deciros que AUSTRAL ha editado por 6,95 € bastantes de los títulos de Delibes, entre los cuales se encuentra “Mujer de rojo sobre fondo gris” y todos los Diarios.

Susana

Tarde pero que muy tarde. Tertulia del 26 de Marzo

Después de una intensa cata colectiva de vinos de Lanzarote, Rioja, Ribera y Somontano, de acuerdo con el protocolo, se procede a votar el libro seleccionado para la próxima tertulia.

Primera votación, se perfilan los favoritos. Hacemos una pausa para valorar los resultados. Susana tiene ventaja, cuenta con su voto y un voto delegado. Se lo merece por el pastel que ha traído a la tertulia, aunque las papas arrugadas, el guacamole o las empanadas también justificarían un mayor nivel de representación.

La variable peso, también conocida como número de páginas, ha sido determinante. Los libros más votados, no necesariamente por este orden, han sido los siguientes:

“El tiempo envejece deprisa”, de Antonio Tabucchi.

“Queremos tanto a Glenda” de Julio Cortázar.

“Martin Eden” de Jack London

“Diario de un jubilado” y “Señora de rojo sobre fondo gris”, de Miguel Delibes

“Obras completas y otros relatos”, de Augusto Monterroso

“Suicidios ejemplares” y “Dublinesca”, de Vila Matas

“Los mitos de Chultzu”, de H.P. Lovecraft

“El precio del paraíso” de Manu Leguineche

“Short Cuts” de Raymond Carver

Fuera de la lista de finalistas figuran, entre otros, “La noche de los tiempos” de Antonio Muñoz Molina; “El Ocho”, de Catherine Neville; “La piel del tambor” de Pérez Reverte, y los “Relatos” de Hemingway.

Siguen las votaciones y se acaba el vino. Justo a tiempo para anunciar el ganador y finalista del día y la sede de la próxima tertulia. La cita será en casa de Susana, el próximo 16 de abril. El libro ganador “Obras completas y otros relatos”, de Augusto Monterroso. El finalista, “El tiempo envejece deprisa”, de Antonio Tabucchi.

Joaquín aprovecha que estoy a su lado para pedirme muy amablemente que elabore el acta de la votación. Por supuesto, ha sido otra vez el anfitrión perfecto. Gracias Joaquín, creo que en nombre de todo el jurado.

Sólo unos días después, muy pocos días después, me pregunto si los títulos serán los correctos y si estoy escribiendo bien los apellidos de los autores.

Si son las obras completas, ¿de quién son los otros relatos?

No importa que Tabucchi haya sido sólo finalista. Un título como el suyo obliga a leer un libro más. En la noche de los tiempos.

Gabriel